Único amparo y refugio nuestro,
En Ti tengo la luz de la esperanza.
Te saludo, Corazón Piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva Fuente de Amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.
Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón,
de la cual salieron los rayos de la Misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el Recipiente de la confianza.
Te saludo, Inconcebible Bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de Amor y de Misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.
Te saludo, Trono de la Misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.
Te saludo, oh Pan de los ángeles,
Con profunda fe, esperanza, amor,
Y de lo profundo del alma Te adoro,
Aunque soy una nulidad.
Te saludo, oh Dios oculto,
Y Te amo con todo el corazón,
No me estorban los velos del misterio,
Te amo como los elegidos en el Cielo.
Te saludo, oh Cordero de Dios,
Que quitas las culpas de mi alma,
A quien acojo en mi corazón cada mañana,
Y Tú me ayudas en mi salvación.
Alabanzas a la Divina Misericordia
(Diario, 949)
El Amor de Dios es la flor, y la Misericordia es el fruto.
Que el alma que duda lea estas consideraciones sobre la Divina Misericordia y se haga confiada.
Misericordia Divina, que brota del seno del Padre, en Ti confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que abarca todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado, en Ti confío.
Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús, en Ti confío.
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros, y especialmente para los pecadores, en Ti confío.
Misericordia Divina, impenetrable en la Institución de la Santa Eucaristía, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la Institución de la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, en el Sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que abarca todas las obras de Tus manos, en Ti confío.
Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza, en Ti confío.
Oh! Dios Eterno, en Quien la Misericordia es infinita
y el tesoro de compasión inagotable,
vuelve a nosotros Tu Mirada bondadosa
y aumenta Tu Misericordia en nosotros,
para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos,
sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu Santa Voluntad,
que es el Amor y la Misericordia.
(Diario, 950).
"A las tres, ruega por Mi Misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi Abandono en el momento de Mi Agonía..." (Diario, 1320)
"...Hija Mía, en esa Hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de Misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante..."
Oración para la Hora de la Misericordia
de la Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM (*)
Oh Jesús, tu Corazón Traspasado es el Océano de infinita Misericordia de donde manan, copiosamente, tu Sangre y Agua. Sangre que libera nuestros pecados. Agua que purifica y vivifica nuestros corazones. Tú eres la Fuente abierta de salvación, en la cual deseamos sumergirnos para ser transformados con el poder redentor de Tu Misericordia.
Jesús, Tú nos has ofrecido en esta Imagen de tu Corazón Misericordioso revelada a Santa Faustina, un Recipiente por el cual podemos venir a la Fuente de Misericordia para recoger, sin límites, gracias abundantes de conversión, sanación y redención.
¡Oh Jesús, en Ti confío! En Ti confío mi vida entera, mi corazón, mis temores, mis fragilidades, mis sueños y todos mis sufrimientos, los del cuerpo y los más íntimos de mi corazón.
¡En Ti confío, Oh Misericordia Divina! Tú que miras mi debilidad con ojos compasivos; que levantas mi miseria con el poder de Tu Amor; que das vida a mi esterilidad y que confías en mí a pesar de mí mismo.
En Ti confío, Tú que calmas las tempestades del alma y las grandes tormentas que azotan la barca de nuestras vidas, familias, comunidades y naciones.
En Ti confío el pasado que de tantas formas nos aplasta; el presente que nos inquieta y el futuro que tantas veces nos angustia.
¡Oh Corazón Misericordioso! En Tu Llaga bendita nos escondemos, descubriendo allí nuestro refugio y descanso... nuestra paz. En el inmenso océano de Tu Corazón, nos sumergimos hoy, nosotros pecadores, esperando con confianza el don más hermoso de Tu Amor por la humanidad: Tu Misericordia.